Había pensado por meses, quizá años, como seria ese ultimo paso para ser total y abiertamente declarado homosexual, dícese…que pase un buen tiempo devanándome los sesos buscando el mejor momento para decirle a Papa la verdad respecto a mis inclinaciones sexuales y románticas, y que supiera de una buena vez por todas que soy gay, y no siguiera esperando conocer una esposa ni nietos entre otras cosas absurdas a esperar de mi.
Yo quería el mejor escenario posible, dado que mama recibió la noticia de forma por demás sorpresiva y siendo sincero, creo que no lo pudo asimilar jamás, igual, si hasta a mi me costo trabajo a hacerme la idea de ser homosexual, supongo y por lo que pude ver, a ella le sentó fatal, pero por su amor de madre si bien no lograba aceptarme o entenderme, me respeto y no dejo de amarme apoyándome en las buenas y en las malas como de costumbre, incluso consolándome cuando tuve mi primera pena de amor por otro hombre pasando a sacarme de apuros cuando papa estaba a punto de descubrirme.
Retomando la esencia de lo que empecé a decir, me imaginaba un montón de escenarios, unos donde le presentaba a mi padre alguna de las parejas trascendentes que tuviera en el momento (como si alguna vez hubiese tenido una, ja), en otros incluso era un almuerzo al cual lo invitaba a decirle o simplemente pensé que en algún momento de ira se lo diría por herirlo.
Finalmente hace unos meses había decidido decirle después de seis meses pasado mi grado, donde esperaba ya contar con trabajo y por ende estar libre de su dependencia económica, pues por el carácter duro de mi padre frente a ciertas cosas, entre ellas, la homosexualidad, no podía yo ponerme en un estado vulnerable ante el.
Sin embargo, el fin de semana pasado, salí al “Nefasto Blues” (conocida discoteca gay a la cual le dedicare un apartado especial en este blog próximamente) con un amigo y siendo yo bebedor social y para mas piedra mala copa, no tarde en embriagarme hasta llegar a un estado delirante donde se borraba el casete…el asunto es que escasamente recuerdo que salí de Blues en un estado lamentable, borrón de casete, resulte donde Papa, como carajos y por que, no lo se aun, pues no vivo con el.
Entre esas memorias difusas me recuerdo a mi llorando y diciéndole a papa que soy homosexual, y levemente note que numero uno como era de esperarse no le gusto y me pidió que ninguno de sus amigos se enterara, que ese era mi problema y que viera yo como vivía mi vida, además de estar molesto porque todos lo sabían menos el…aunque en realidad creo que en el fondo si lo sabia pero se hacia el de la vista gorda.
Luego otro borrón de casete y estaba en la portería de mi conjunto gritando a todo pulmón el nombre del hombre que actualmente me tiene idiotizado, profiriendo que es el amor de mi vida mientras torpemente trate de hablar con el por mi celular mientras mi hermana lidiaba con mi borrachera y me conducía a casa y a mi cuarto.
Amaneció y me levante a eso de las 12 pm, recordando un poco tales momentos de esperpéntica consecuencia alcoholemica, dándome golpes de pecho por mi falta de prudencia, y esperando la reacción de Papa, y realmente no creía que de allí algo bueno vendría, pues aparte de lo prejuicioso que es papa, suele ser severo y déspota cuando esta molesto.
Para mi sorpresa el me llamo ese día a preguntarme como estaba, como si nada hubiera pasado y aun me decía cariñosamente papacito (forma en la que se ha referido a mi desde niño), y solo señalo que la noche anterior me había pegado la borrachera del año, sin referirse a mi confesión, ni a la patética forma en que debute a mi padre como gay certificado.
Ese día no hablamos más pero supe por mi hermana que pregunto por mí, y al otro día si hablamos un par de veces.
Tres días después del incidente finalmente tuve que verme con el para imprimir el tomo de mi tesis en su casa; como de costumbre me recogió y almorzamos juntos, con mi hermanito Sergio y Olga, la madre de el (que no es la misma mía por si las dudas)…en un ambiente normal, como si nada hubiera pasado, aunque yo me sentía algo intimidado.
Pase todo el día en casa de mi padre haciendo arreglos e imprimiendo la tesis como había dicho y todo transcurrió en la mas normal cotidianeidad, nada demostraba que el se sentía molesto, quizá yo si fui mas obvio en mi incomodidad…Papa era igual de atento conmigo como lo ha sido siempre, seguía demostrando su inmenso afecto por mi de la misma manera, de hecho me llevo a casa y me convido una hamburguesa cuando manifesté tener hambre.
Eso me tranquilizo mucho, creo que a pesar de todo el cariño que tiene por mi va mas allá de sus complejos y prejuicios, yo se que quizá le duela bastante haber confirmado de mi propia boca esa verdad, aunque viendo la normalidad con la que actúa, quizá no fue una sorpresa para el y ya lo esperaba.
Estoy seguro que llegara el día que conversare sobrio con el al respecto, pero por lo pronto ese día esta algo lejano y dejare que goce con mi graduación y tratare de disfrutar al máximo con el a pesar que seamos algo distantes en nuestra forma de ver la vida y de pensar…también estoy analizando si será así siempre, si solo somos padre e hijo, y mi vida gay, es tan solo algo de mi incumbencia de lo cual el no quiere saber, ni será necesario que sepa de ella, siempre y cuando estemos juntos.
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