sábado, 8 de noviembre de 2008

Noches en el “Nefasto Blues”


Era aproximadamente hace 4 años cuando yo apenas era novato en el asunto de los hombres, incluso estaba recién salido del armario en casa con todos salvo Papa (que como se ha podido leer, ya no es así), y un sábado, invitado por uno de esos amigos irrelevantes que hacia en esa época de exploración, fui invitado Blues, la legendaria disco gay con fogata cerca al Carulla de la 85 con 15, por la cuadra de las fufas.


Ese día fue divertido, baile por primera vez con otro hombre a pesar de sentirme ajeno al ambiente (cosa que se ha vuelto crónica al pasar de los años), tanto, que había decidió ir más veces.


Blues ofrecía licor sin límite de consumo hasta la una de la mañana, había hombres guapos y aunque soy malo ligando, por lo menos recreaba el ojo apreciando los bellos especímenes o mofándome de los insignificantes y ridículos (cosa que se hace cada vez mas frecuente), además que en aquella época ponían buena música a veces un tanto mezclada entre la ya clásica música gay (Maddona, Cher…pop, plancha…en fin, a veces se les enredaba Björk, Chemical Brothers, B 52’S entre otros).


Sin embargo las siguientes idas a Blues empezaron a generar acontecimientos ridículos, chistosos y hasta patéticamente tristes en mi vida.


El primero de ellos fue estar haciendo show con un bombón bum como si se tratase de un falo que lamiera y chupara bajo efectos avanzados del alcohol (algo me dice que lo mejor es dejar la bebida aunque no soy alcohólico, por amor a mi dignidad), claro que no solo fue el alcohol el culpable, sino una aburrida y horrible compañía con al cual si cruzaba 3 palabras en dos horas era una velocidad de conversación sorprendente, además bailábamos a 300 metros uno del otro con total desinterés y apatía.


Meses después con un novio patético que tuve, un gótico posero de medio pelo que conoció aquella subcultura por mi, me puso los cuernos dos veces en mi cara en ese sitio de forma monumental, que no se porque no lo mande a freír espárragos a la primera…quizá porque no me la había fornicado, pero igual lo bote después de la segunda y nunca me lo folle…gracias a Dios…Creo que esa fue la primera y única vez que no lamente no haberme tirado a mi novio de turno, mas bien perdí un peso…en fin.


En otra ocasión me maquille dizque queriéndome ver dark para un halloween, viéndome como si fuese un fan de KISS o bien sea como un guerrero zulú sobrealimentado que se fugo de África. Aquella vez recuerdo que andaba muy despechado y haber bebido como vikingo y llorado como si fuese a inundar el lugar a lágrimas.


Posteriormente David quiso conocer Blues, para saber algo acerca del mundo gay (pude haberme ahorrado el trabajo y decirle de una cuan patético ese asunto), y el junto con su combo de amigos que por ende era mi pseudocombo por adopción (nunca he sido fan de andar en manada), fuimos a Blues, junto con Walter que en ese entonces era mi único amigo gay. Esa noche fue por completo bizarra, pues Walter se rumbeo con una amiga de David, yo me bese a un amigo de Walter pero mero desparche y el man se arrepintió y se largo pues yo era su premio de consolación en vista a que Walter lo ignoro; Juan Pablo otro amigo de David sintió impulsos homosexuales y trato de acercarse lascivamente a Walter y a mi mordiéndonos un costado del rostro. Pero la cereza que adorno el bizarro y ridículo bizcocho que fue esa velada provino de la pelirroja (la amiga de David que se rumbeo Walter), se bajo unos 7 o 9 estratos socioeconómicos al pelearse con una fufa porque ella era un pelirroja peliteñida…y no era cualquier fufa, era una famosa, la ninfómana de la 85, la que si le hacen rico, no cobra ni un peso…por ende el chulo de la golfa casi nos manda un combo de ñagas y otras zungas para callar las estupideces que salían de la boca de la pelitonta…ups, quise decir pelirroja.


Los sucesos patéticos, graciosos y sin utilidad alguna siguieron sucediendo, como la ya citada pateada de armario con Papa..por ello desde hace algún tiempo me he puesto a suponer que puede ocasionar tales actos de total intrascendencia de altas consecuencias cuando la gente cercana a mi o yo mismo acude allí.


¿Sera por el licor barato y de quien sabe que procedencia que produce locura paranoide esquizoide que a veces termina en altos niveles de descaro y pluma repugnante?, ¿será que hay una especie de vortex del patetismo oculto en la fogata que induce toda clase de actos humanos de máxima vergüenza?, ¿o quizá tantos homosexuales irrelevantes juntos con sus plumas y ridiculeces fomentan una atmosfera que nos vuelve absolutamente carentes de dignidad?, ¿o mas bien será todo lo anterior que se junta añadiéndole luna llena y alineaciones astronómicas que nos priva de algo llamado decencia? (la próxima vez que asista me fijare si es luna llena y consultare a un astrologo…este ultimo puede ser allí mismo, marica que se respete sabe algo de astrología).

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