jueves, 17 de julio de 2008

ME GUSTAN LOS OSOS



Recuerdo que cuando mis amigas del colegio hablaban de Leonardo Di Caprio, David Bekcham o de Brad Pit y yo la verdad no pensaba que eran gran cosa, tan solo que eran unos caribonitos insípidos, y así me digan envidioso, aun me mantengo en esa posición, puesto que los hombres tipo modelo quizá por ser tan bonitos, me recuerdan un tanto a las mujeres por mas varoniles que sean.
Con mis pocas amistades gay sucede igual, pues ellos se la pasan soñando con actores y modelos esculpidos por un gym, que se depilan hasta el ultimo vello en su cuerpo y se someten a tratamientos para la piel y esas cosas, eso sin contar cirugias…no digo que cuidar del aspecto físico este mal, solo que siento que tanto hombres como mujeres llaman mas la atención cuando su belleza es mas bien natural que un producto artificial.
Desde niño me fijaba mas en los amigos de papa con su mostacho y su pelo en el pecho, cosas que me parecían encantadoras, que me llevaron a buscar dicho modelo dentro de la pornografía gay cuando empecé a explorar mi sexualidad, descubriendo que había toda una subcultura tras de esos hermosos hombres grandes y velludos, y que por dicha característica eran llamados osos, y que consigo tenían una serie de aspectos que era común entre ellos desde una bandera que los diferenciaba del resto de la comunidad gay, así como la emblemática zarpa del oso, y una jerga propia dentro de tal subcomunidad.
Note que dentro de la población homosexual esta se caracterizaba por algo que poseo y que me gusta entre mis congéneres, que es una hombría marcada con una camaradería igual a la que tengo con mis amigos heterosexuales, además de cierto aire de rudeza que hace extremadamente sensuales a este tipo de hombres.
Lo mejor del caso es que clasifico dentro del modelo de oso, mas específicamente como Cub (cachorro u oso joven) y Chubby (gordo), y puesto que me gustan hombres similares, existe un espacio donde me siento un poco mas cómodo, cosa que poco sucede en el ámbito gay tradicional, donde dada a la abundancia de plumas y una cultura de devoción a los cuerpos perfectos me margina tanto de mi parte como de ellos.


Igual como es de costumbre llevo mi sendero un tanto apartado, pero sin embargo admito que gozo de un cuerpo voluptuoso con una buena panza, que me enloquece recostarme y jugar un pecho, espalda, brazos o piernas velludas…wooofff, me gustan los osos.

1 comentario:

El Hombre Amarillo dijo...

Bueno...Cada quien tiene sus gustos y es algo muy respetable