jueves, 8 de octubre de 2009

RAREZAS


En ese país lejano, muy, pero muy lejano que llamamos mundo, existía un animalito solitario e incomprendido como los demás, solo que este no vivía en callada desesperación. Una bestia muy curiosa de tez parda, enorme tamaño y ojos color melancolía; cuyos brillos a quien le veía detenidamente podía conmover. Sus pensamientos eran un rompecabezas complejo, que bien podría ser la delicia o desgracia del estudioso de la mente quien llegaría elaborar una interesante tesis o simplemente estrellarse en un callejón angosto y sin salida.

Este curioso animalito era ignorado en la luz del mundo, hasta que un día en las sombras otra criatura sin hogar lo hallo. Ambos seres cuando se encontraron se sorprendieron y vieron bajo la oscuridad sus mas bellos colores, olfateando esas ansias de vida mutuas…los dos entes se entendieron al instante, se apreciaron, se cuidaron y se desearon, pero la criatura cayo en los delirios del caos de su propia emoción al haber hallado en el animalito esa sensación de hogar que jamás había sentido…se aferro a el, se convirtió en su fuerza y deseo estar juntos siempre…pero el animalito tenia otros planes.

Este animalito, aun novato e ingenuo, buscaba cuentos de hadas con fachadas de realidades que solo existían en espejismos, siendo la criatura demasiado real para tal sueño…podía saborearle en cada textura, conocía sus olores y la imponencia de su lealtad…el animalito vio esto lejos de ese otro monstruito que deseaba, un reflejo de sus propias limitaciones que en la penumbra le mintiese con días soleados.

El animalito dejo a la criatura mientras partía a la luz en busca de ese monstruo deseado…y la criatura se sentía abandonada y desesperada, golpeando cada muro de la madriguera que había construido para los dos, y con cada puño, su corazón sangraba…hasta que el animalito regresaba, lleno de heridas y embebido en la mas profunda de las decepciones al no hallar mas que sapos verdes y príncipes artificiales…la criatura feliz le acogía lamiendo y curando sus heridas, protegiéndole, alimentando su valor y calentando tibiamente en su regazo helados pálpitos.

Luego el animalito se iba de nuevo a sus luchas infructuosas, y la criatura a nueva cuenta desolada entonaba versos y plegarias por el bienestar de su animalito y su pronto regreso… regresaba a recargarse de ímpetu y volverse a ir cada vez que quería, siempre porque sabia que la criatura en la fuerza de su decisión, soportaba esperando, golpeando ese muro inquebrantale, luciendo lo mejor de si; las gemas de sus lagrimas sinceras de dolor, el padecimiento de su animalito ante la inclemente luz que le quemaba peor que a un vampiro, padecimiento por el agujero enorme en su madriguera que velaba días y noches enteras…y la criatura trataba de convencerle que se quedara por todos lo medios, erro ejerciendo tratando de encadenarlo, erro prometiendo aromas que no podía tener…y en cada equivocación, el animalito le veía mas real, mas indigno de ser el monstruo que deseaba.

Un día el animalito concedió a la creatura por un instante tan eterno como el recuerdo y fugaz como las horas, un breve oasis donde le permitió beber sus aguas y extasiarse en sus manjares, y este ofrendo con devoción todos sus tesoros y artes en una luz de luna llena que se petrifico…pero luego el animalito, aun sin comprender la belleza de los corazones heridos, se fue en pos de otros intactos y egoístas que solo ordeñaron sus hedonismos.

La criatura se harto de las desdeñas del animalito y este ultimo se aburrio de poseer a la criatura así aun ja necesitase…entonces, ambos abandonaron la madriguera en direcciones opuestas, siendo el animalito aun un dispuesto muñeco de pruebas de choque al abstraerse aun en su pelea contra el humo…de la criatura se seguía un claro rastro carmesí, era su amor sangrante que para evitar que su corazón estallara en dolor, transformo su hemoglobina en cianuro asegurándose que no le siguiera el animalito a su nueva guarida…así el rastro sanguíneo se torno mas amargo que la hiel y el animalito odio el sabor de la criatura, creyendo que ese era el verdadero, maldiciéndoles con desprecio por el cual ya nunca volvería.

Era inevitable, pero algún día el animalito y la criatura se encontraran de nuevo en algún lugar, cara a cara para darse cuenta que no son mas que dos seres como los demás que andan en la luz buscando ese pedacito de mundo que llamamos hogar y reirán tontamente con las memorias del ayer, que hoy solamente son un esqueleto cómico y empolvado…el animalito, que aun no comprendía el porque del amor que le tenia la criatura, le pregunto porque siendo imperfecto, tan lejano del monstruo de todos los sueños no siendo mas que un simple ser humano, sentia algo tan sublime...la criatura solo dijo -no amo la perfección, sino que amo a los seres que aun en la humanidad de sus equívocos, pueden ser tan grandiosos y bellos como para provocarme un suspiro, y tu eras el dueño hasta de mi mas leve jadeo- El animalito aun no comprendía muy bien, pero a la criatura ya había aprendido a vivir feliz con la ignorancia propia del egoísmo humano.

2 comentarios:

Quike dijo...

Mucho tiempo busqué el hogar ... hasta que vi que lo llevaba dentro.

un espoonjoso abrazo

Quike micifous

Goblin dijo...

Un bello escrito. y lo deja a uno sin palabras